martes, 25 de mayo de 2010

[Reportaje] Terra

Las series de televisión: ¿Qué verdad esconden tras su envoltorio de ficción?

Duran apenas hora y media pero requieren meses de intensa preparación. Mientras la mayoría ríe, sufre y se emociona con los personajes que habitan su mundo imaginario, otros se dedican en cuerpo y alma a construirlo. Radiografiamos el interior de las actuales 'reinas' de la pequeña pantalla: las series de televisión.

Son las 6 de la mañana y el primer eslabón de la cadena se pone en marcha. Un chófer es el encargado de recoger a los actores que, según marca la escaleta, grabarán varias secuencias ese día. Una vez en plató, retoques de 'chapa y pintura' y de allí, directos a su habitual micromundo de cartón. El rodaje de una buena serie de televisión es como el engranaje de una maquinaria pesada. Exige calidad, coordinación y en especial, el perfecto ajuste de sus piezas. Actores, directores, guionistas, productores y un largo etcétera de profesionales aúnan esfuerzos para intentar seducir a un espectador cada vez más exigente e insumiso ante lo que se le cuenta. Es la era de la ficción televisiva, pero sólo algunas series alcanzan la cima del éxito.

Eduardo Casanova es uno de los directores de la serie Amar en tiempos revueltos -de la productora Diagonal TV-, una de las citas de sobremesa más demandadas por el espectador –en su mayoría femenino y de mediana edad-, que ha ido aumentando su share hasta su actual 25%. La mezcla de ingredientes como el amor y los celos, envueltos en la atmósfera histórica de la guerra civil y los primeros años del franquismo, enganchan a diario a un público que se mantiene fiel desde sus comienzos. 'Ésta es una profesión muy dura con grandes sacrificios que el espectador desconoce, aunque es a la vez muy agradecida porque tu trabajo lo ven millones de personas. Los cinco directores que trabajamos en Amar nos dedicamos a llevar la batuta de todos los departamentos de la serie, que suman un total de casi 100 personas', manifiesta Casanova.

Física o química, de Ida y Vuelta Producciones, es otra de las citas imprescindibles del público español, concretamente del más adolescente. El diciembre pasado se despidió liderando su franja horaria gracias a los amores y desamores de un grupo de jóvenes estudiantes con las hormonas revolucionadas, punto de partida que hace recordar series anteriores como Al salir de clase o Compañeros. Un total de seis guionistas – de los cuales dos desempeñan la labor de coordinación - entreteje las múltiples historias que van cogiendo forma tras la elaboración común de un mapa de tramas. 'Después de reunirnos para hacer el mapa, cada guionista se lleva los 'pulsos' que ocurren en cada capítulo a su casa y trabajamos de forma individual. Posteriormente hacemos una escaleta y de ahí sale el guión', revela María López Castaño, una de las guionistas de esta serie que se ha convertido en una de las mayores plataformas hacia la fama para muchos actores primerizos.

El barrio de Esperanza Sur es la localización ficticia que da vida a las trastadas de Luisma, Lorena, Paz o Mauricio en la exitosa serie Aída. Tras siete años de rodajes, los actores recorren sus decorados como los pasillos de su propia casa y son muchos los que han aprovechado el 'tirón' de la serie para abrirse nuevos horizontes. 'Estoy segura de que muchos trabajos que me han salido han sido gracias a la serie, porque estás expuesta al público y te ven muy a menudo', confiesa la actriz Ana Polvorosa, que encarna el papel de Lorena, la hija de Aída.

Emplazado en mitad del bosque se encuentra el prestigioso centro educativo La Laguna Negra, localización que da vida a las tramas de la serie El Internado. Desde mayo de 2007, los misterios en torno a este colegio aglutinan frente al televisor a una audiencia compuesta principalmente por adolescentes y adultos de mediana edad. 'La gente no es consciente de la cantidad de trabajo y personas que hay detrás de una serie. Nosotros salimos estupendos delante de cámara pero hay un gran equipo detrás. Es muy duro para todos pero también muy gratificante', asegura la actriz Irene Montalà, Rebeca en El Internado.

La ficción estadounidense: ¿El eslabón perdido en España?
Un doctor trastornado. Un psicópata forense. Un gángster de New Jersey. A pesar de sus muchas diferencias, todos se parecen en algo: saborean el preciado caramelo del éxito. Pero, ¿van las series españolas por la misma senda que sus homólogas norteamericanas?

En 1995, la ficción televisiva española cambió de rumbo con la llegada de un doctor de mediana edad, viudo y con una familia numerosa a sus espaldas. Médico de familia batió récords de audiencia en los años noventa gracias a tramas repletas de amor, tragedia, celos y pequeñas dosis de vida laboral. La serie de Telecinco, que representaba con sus personajes todo el espectro familiar, llegó a alcanzar el 42% de share y más de siete millones de espectadores en una franja tan competitiva como la nocturna. El formato familiar se consolidaba en la ficción española y daba lugar, posteriormente, a series de temática similar como Los Serrano, exportada a numerosos países europeos. Más de una década después son muchos los géneros que han se han hecho un hueco en la apretada parrilla televisiva, como el histórico (Águila Roja, Cuéntame, Amar en tiempos revueltos), el policial (Los hombres de Paco, El Comisario), el thriller (Acusados, Motivos personales) o el dramático (Herederos, Gran Reserva).

Sin embargo, tras los muchos envoltorios de atrezzo y vestuario que las recubren, muchos profesionales del sector ponen en tela de juicio que exista una auténtica innovación en las series actuales. 'as series en España necesitan arriesgar mucho más, se intentan vender productos con un diferencial pero falta llegar más allá. El espectador está preparado para ello, y si no pensemos en la acogida que han tenido aquí series como Lost o Los Soprano. Aunque cuando una serie española intenta imitar a una norteamericana fracasa. Para qué hacer otro CSI si ya hay uno', asegura María López Castaño, guionista de ‘Física o Química’.

Otros muchos achacan la falta de originalidad y personalidad de la ficción española al fracaso económico y la pérdida de audiencia por parte de las cadenas: 'En Estados Unidos, la mayoría de las series de éxito se emiten en la HBO, que es un canal de pago. El espectador exige por tanto una calidad determinada ya que paga una cuota mensual. Esto en España no ocurre. Aquí casi todas las series se ven en abierto y las cadenas no aguantan si ven que no les reportan rápidamente beneficios', sostiene Elisa Ferrer, guionista de la serie Herederos.

Revolucionarias o conservadoras, todas otorgan al espectador uno de sus dones más preciados: el de soñar despierto a golpe de mando a distancia.

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